VIEDMA | En los últimos tres años Río Negro muestra resultados negativos, tantos primarios como financieros, situación que genera un déficit estructural que crece de manera sostenida en el tiempo, luego de que en el 2010 las cuentas fiscales resultaran superavitarias.
Se necesitan ingresos de origen nacional para afrontar los gastos y los recursos propios de la provincia alcanzan sólo para pagar el 33 por ciento de los sueldos.
Ha sido un perfil propio de la actual gestión del ministro de Economía, Alejandro Palmieri, la falta de información, la contradicción en los números publicitados, e incluso declaraciones del gobernador Alberto Weretilneck, que no tuvieron correlato con la realidad.
ADN (Agencia Digital de Noticias) accedió a un informe reservado elaborado por profesionales y técnicos justicialistas, basado en información de fuentes oficiales, provinciales y nacionales, que ofrece un panorama poco alentador.
Los datos indican que Río Negro transita por una difícil situación económica que la convierte casi en inviable hacia al futuro, salvo que se adopten políticas que reviertan la dependencia con los aportes del gobierno nacional, el desequilibrio entre ingresos y sueldos estatales y se ponga en marcha un modelo industrial como otras provincias del país.