Gebruers aclaró que no tenía certezas y destacó que tampoco lo daba por sentado.
Omar Gebruers es abogado defensor de 3 de los 4 acusados. El Poder Judicial determinó que tendrán que seguir detenidos. Él sostiene la teoría de una persecución política y denuncia deficiencias investigativas.
El abogado defensor de 3 de los 4 acusados por los abusos que se denunciaron en un establecimiento escolar de 25 de Mayo, reveló que su hipótesis es que en realidad los niños pudieron ser abusados durante campamentos religiosos de los que participaron. Aunque soltó esa teoría durante una entrevista radial, Gebruers aclaró que no tenía certezas y destacó que tampoco lo daba por sentado.
Los acusados por los abusos tendrán que seguir detenidos, luego de que el Poder Judicial rechazara el planteo para que los dejaran libres.
Gebruers -que desde hace semanas hace campaña ante la opinión pública denunciando la supuesta “persecución política” a los detenidos- remarcó en varias ocasiones, ahora, que algunos de los chicos involucrados en la causa “pasaron semanas enteras con permisos por escrito para asistir a campamentos en distintas iglesias de la ciudad”.
– ¿Esa situación es una hipótesis de los abusos? – Nuestra, no de la causa….
– ¿La hipótesis de la defensa es que podrían haber sido abusados ahí, en esos campamentos? – Es posible. Además la mayoría habitualmente proviene del ámbito intrafamiliar. Y hay pedidos de comunicaciones, inasistencias por semanas enteras para asistir a esa “escuelita biblica”, donde se juntan adultos, adolescentes y niños en campamentos y posiblemente en chacras con animales, como describieron algunos chicos. No estoy asegurando, pero un investigador serio, un fiscal a cargo, un equipo de fiscales, tiene que agotar las hipótesis…
– ¿Cuántos chicos del jardín iban a esos campamentos? – De a 10, 12 o 15 chicos participaron de estos campamentos. En este año pidieron dos autorizaciones y están comunicadas.
Gebruers repitió que el Poder Judicial debe “encontrar una explicación a cómo hacía el profesor con las docentes para sacar a 10 o 12 chicos en una trafic, volverlos y que nadie lo viera. Eso se tiene que justificar. De los 38 denunciantes estamos hablando de 4 o de 7 (con lesiones), pero estamos hablando de un porcentaje ínfimo de hechos de supuesto abuso”.
En referencia a Marcelo Tatavitto, profesor, uno de los acusados, recordó su trayectoria, señaló que no tiene ningún antecedente ni comportamiento extraño y aseveró: “Uno cuando es pedófilo no espera 25 años para acometer contra los chicos”. También aclaró que “yo participaría de las marchas pidiendo justicia, pero no pediría pena de muerte para un acusado que no sé si es culpable”.
“La presión social”
Gebruers cuestiona tanto la investigación que hasta señala como ejemplo el hecho de que “no existe ni la trafic en que dicen que los trasladaban a la chacra”. Reafirmó: “no hay indicios, no existen”. Su teoría es que la detención “es el fruto de la presión social que se hizo en 25 de Mayo y de que la Fiscalía compró la hipótesis sin beneficio de inventario, entendiendo que todos los abusos ocurrieron en las horas en que los chicos están en la sala. Es inverosímil, es ciencia ficción, no es posible que hayan sido abusados en un término de 2 horas de lunes a viernes”, consideró.
“Tampoco es posible una investigación seria con una sola hipótesis”, se quejó. Planteó que “nadie investigó qué hacen los chicos las 22 o 23 horas restantes del día, qué hacen sábados y domingos, con quiénes están, si es con familiares o con pastores de alguna iglesia, si están en reuniones multitudinarias o hacen campamentos…”
Ante los dichos de la querellante Vanesa Ranocchia respecto de que sí se investigaron otras hipíotesis, Gebruers señaló: “No es así, aunque no voy a decir que la doctora Ongaro miente porque me parece una pérdida de estribos a nivel profesional, además de una reacción de no poder justificar porqué se llegó hasta acá”.
Lamentó que, siempre según su mirada, “nos han llevado a un callejón sin salida, y me pregunto quién va a tener la valentía de firmar la libertad de estos imputados. La situación se llevó a tal extremo que hoy no tiene retorno y esta deficiente investigación, denegación de justicia y presunción de culpabilidad la pagan con sus huesos los detenidos”.
El abogado comentó que “yo si hubiera estado en 25 de Mayo también hubiera ido a las marchas y es cierto que los chicos no mienten, y por eso en las cámaras Gesell no dicen absolutamente nada, porque no les pasó nada… Hay que ver cuál fue el relato de los padres”, advirtió. Su planteo en las marchas hubiera sido -dijo- que “encuentren a los culpables de los abusos, pero condenen a los realmente culpables”.
Recordó que “hay volantes que reparte la cooperativa que aseguran que los presos son culpables. Hay un nivel de efervescencia política sin antecedentes”, acusó.
Durante una entrevista en Radio Kermés 106.1, el defensor dijo que “es probable” que los abusos “hayan ocurrido en tres o cuatro casos”, y cuando se le hizo notar que la querella daba por probados 7 casos de lesiones anales, aclaró: “no sé si son 4 o 7, lo del número no tiene trascendencia, sí es cierto que se detectaron lesiones anales, y en todos los casos dice ‘compatibles con un posible abuso’. No lo asevera. No son lesiones ni sangrantes ni cortantes, son estiramientos”.
– ¿Qué quiere decir usted cuando dice que el resultado de las cámaras Gesell es “negativo”? -le preguntaron en Radio Kermés 106.1. – Cuando a una nena le preguntan qué tal era la seño en el jardín, dice: “mi mamá dice que es mala, pero para mi es buena…”; es un relato contaminado. O cuando dice “qué te paso en el jardín?” “No puedo contarte eso… no lo sé contar”… son relatos contaminados. Un niño dijo que “mi papá me enseñó anoche que era un señor pelado y no me acuerdo el nombre”. La noche antes lo estuvieron adiestrando. Es un relato contaminado, no solo por el grupo familiar sino por la trascendencia pública del caso. El tema está en los medios, en las casas, en la mesa, en el interior de la familia y los chicos toman el discurso. Pero se detecta cuando proviene de otro lado y es un relato contaminado.