Titulares

A 39 años del golpe más sangriento, el país hace memoria

El 24 de marzo de 1976 se instaló la peor dictadura militar, que sumergió a la sociedad en la tragedia.

El 24 de marzo de 1976 se instaló la peor dictadura militar, que sumergió a la sociedad en la tragedia. En la madrugada del miércoles 24 de marzo de 1976 comenzaba la mayor tragedia argentina: los militares daban un golpe de Estado instaurando un genocidio humano y económico por siete oscuros años.

Ese día de hace 39 años, la Junta Militar -integrada por el general Jorge Videla, el almirante Eduardo Massera y el brigadier Ramón Agosti- destituía a la presidenta María Estela Martínez de Perón. “Isabelita” había jurado el 1 de julio de 1974, el día que su esposo y entonces presidente Juan Domingo Perón murió. Ella, como vicepresidenta, debió hacerse cargo del Gobierno.

La madrugada del 24 de marzo de 1976 las tropas del Ejército entraron por la fuerza a la Casa Rosada, en las gobernaciones y las intendencias de todo el país. También en los sindicatos, las universidades, las empresas del Estado y todo aquello que los militares y sus socios civiles considerarán necesario callar o saquear.

Cómplices El plan golpista se gestó un año antes. El poder económico -apoyado por no pocos políticos de la oposición al Partido Justicialista- alentó a los militares a hacer el cambio de timón. La hiperinflación -conocida como “El Rodrigazo”-, la pérdida de confianza en el Gobierno y el accionar de los grupos terroristas motivaron la intentona.

Una gran parte de la sociedad aplaudió el derrocamiento del gobierno. Querían orden y seguridad. Los empresarios, por su parte, querían hacer grandes negocios y que los sindicatos no protestaran.

Los grandes medios de la época, como la radio y los diarios, también saludaron el golpe. Como buenos cómplices, muchos callaron las atrocidades que se cometieron en los siete años siguientes.

Los militares se repartieron el poder, y el país, pero dejaron en manos de los civiles la economía. José Alfredo Martínez de Hoz fue el elegido. Con él se inició el liberalismo argentino. Se liberó el tipo de cambio, el país se inundó de importaciones, se destruyó el sector industrial y se perdieron miles de puestos de trabajo.

Genocidio Mientras, todos aquellos que levantaban la voz eran silenciados.

Siete años después, en Argentina faltaban 30.000 personas. Estaban desaparecidas. Habían sido secuestradas, torturadas y asesinadas por los represores. Para que no quedaran rastros, ocultaron sus cuerpos. Hoy, apenas un puñado pudo ser recuperado.

Entre los desaparecidos hubo  guerrilleros y militantes políticos, pero también obreros, estudiantes,  artistas, amas de casa, inocentes y niños. 39 años después, aún podemos sentir las consecuencias del golpe: el neoliberalismo de los ‘90, la astronómica deuda externa y las divisiones sociales. Hoy no es un día de fiesta. No es un día para hacer turismo. Hoy debe ser un día para reflexionar.

 

Atacan monumento a los desaparecidos

En la previa de los actos para recordar el genocidio de la última dictadura cívico-militar, un grupo de personas no identificadas atacó ayer un monumento en homenaje a los detenidos-desaparecidos en Santiago del Estero y escribió la frase “24/03 Gracias Videla”.

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