La declaración fue tomada el pasado 27 de octubre de 2015, en horas de la tarde. En el registro del audio estuvieron presentes el, hasta ese momento, el secretario de la Procuración, Horacio Esteban Di Nápoli, y el fiscal Juan Bautista Méndez. A continuación el relato.
Dejaron constancia que “se labra un acta aparte donde se van a formalizar los datos personales del testigo” y que la declaración “se va a registrar en audio, el cual va a ser bajado luego a un pen drive y que la fiscalía va a hacer aplicación del artículo 204 del C.P.P. que prevé la posibilidad de tomar declaración bajo identidad reservada”.
El testigo dijo que pidió la reserva de su nombre “por sus hijos”, porque no sabe “las personas que están implicadas” y porque le da “temor que existan represalias contra ellos”.
Relato
En su relato, el testigo aclara que para poder explicar la razón por la que estuvo en la escuela especial tiene que “hacer mención a cuestiones particulares” que se omiten en la desgrabación.
Di Nápoli le pregunta dónde está la escuela, a lo que el testigo contesta que “está ubicada en Circunvalación Santa Rosa, en las afueras, en las orillitas de 25 de Mayo, yendo para el río”.
Di Nápoli pregunta qué funciona allí, a lo que el testigo contesta que “ahí funciona Coordinación y funcionaba en ese momento (que es adonde fue) el área de designaciones”, que estaba a cargo de María del Carmen Tello, quien “estaba sola en ese lugar y tenía horarios definidos porque da clases en el sistema educativo”.
Di Nápoli pregunta si las salitas también funcionaban ahí a lo que el testigo responde que “sí, que el jardín de infantes estaba ahí” y que “tiene relación” con lo que va a contar.
El testigo relata que fue a designaciones “en dos oportunidades” en el mes de mayo de 2014: la primera fecha dice que “no la tiene definida” y la segunda oportunidad fue el 19 de mayo de 2014, que tiene que “haber ido por la tarde”; y en otra oportunidad fue “el 20 de noviembre de 2014, probablemente en horario de tarde, también”.
Y aclara que no puede especificar dentro de estas oportunidades que fue cuándo vio la situación que fue a relatar. Dijo que “ya había hecho” sus trámites y que cuando salía con María del Carmen Tello de su oficina, se dio vuelta porque “gritaron los niños que venían jugando, gritando”.
A su vez el testigo le muestra el lugar al fiscal en base al croquis realizado (Di Nápoli deja constancia en el audio que se realizó un croquis manuscrito) y dice que cuando salieron le llamó la atención que “entra desde la puerta del fondo de la parte de atrás de la escuela Tatavitto rodeado de varios niños”, que no puede precisar la cantidad pero que “no eran muchos, eran poquitos”.
También especifica que “no sabe cómo se fue dando la charla”, pero que María del Carmen Tello le manifestó que “venían de la chacra, algo de regar”. El fiscal Méndez le pregunta a qué se refiere con “poquitos”, a lo que contesta: “Cuatro o cinco chicos, no eran ni dos ni diez” que “lo rodeaban a él”, “entraron corriendo, entraron alborotados porque entraron con los bracitos levantados, como jugando”.
El fiscal Méndez le pregunta desde qué puerta entraron, a lo que responde que entraron “desde el fondo”. Di Nápoli le pregunta si era la opuesta a la que el testigo entró al colegio, a lo que responde que “claro, la del fondo total”.
Luego dice que “los nenes ingresaron, si nos posicionamos en el fondo, mirando hacia adelante, ellos doblaron a la derecha. Si yo los miro de donde estaba, hacia la izquierda”.
“Cuando ingresan se abre la puerta y alguien los hizo callar, los calmó y los hizo ingresar”, apunta en la desgrabación. Y aclara que no vio quién era. “Era como que estaban en silencio, no había luz, era como que no había luz”. Pero que no le llamó la atención porque automáticamente lo vio “a Tatavitto que venía con las llaves en las manos”.
Después dice que notó “nervioso” al ahora acusado. “Como que quiso entrar a otras oficinas”, que “manoteó una puerta que estaba cerrada”, y que en un momento le dijo: “Hola Tata” y éste no le respondió. Después, acto seguido, dijo que se miraron “con María del Carmen Tello como diciendo ‘qué le pasa que no saluda’”.
El testigo sostuvo que se percató “de ese detalle, en eso de que no saludó”. En ese momento, el fiscal Méndez le solicita una “aclaración” respecto al diálogo breve que tuvo con María del Carmen Tello, a lo que el testigo responde que “Tello mencionó que venían de la chacra” y que le hizo mención “como que venían de regar, no sé qué”, pero que no le preguntó nada.
Méndez le pregunta si ese relato fue “espontáneo”, a lo que contesta que “el relato fue espontáneo” sin que le hiciese ninguna pregunta, y contesta que “de eso” se arrepiente, de “no haberle preguntado algo”.
El fiscal le pregunta si Tatavitto “tenía barba para ese momento, si estaba afeitado, pelado totalmente o tenía pelos en alguna parte de la cabeza”, a lo que contesta que “no recuerda” pero que “siempre tuvo la pelada”, que no miró “tantos detalles” y que se fue del lugar. Luego indica que lo que se “recrimina” es que no se quedó “a preguntar”, que no le llamó la atención y “lo tonto” de centrarse en “por qué no saludó”, pensó “qué le hice… no le di bola y me fui y seguí con mis cosas”.
Di Nápoli pregunta el “por qué de la demora en venir a decir estas cosas” -aclarando en audio que el testigo ya expuso esta situación ante ellos- a lo que contesta: “El temor es porque se hablaba en el principio de una red de pedofilia, se hablaba de gente involucrada de afuera, los dimes y diretes eran muchos y como no se aclara nunca y nunca se aclararon, no se sabe quién está involucrado; entonces ese es el temor, por mis hijos”.