Designó embajadores y pasó personal a planta. También blanqueó un pago de deuda con reservas del Central. Ante la militancia, dijo que nunca pensó que habría «un presidente cautelar». Tras doce años de gobierno, «podemos mirar a los argentinos a los ojos».
BUENOS AIRES (DyN) | La presidenta saliente Cristina Fernández admitió que «le hubiera gustado» hacer entrega de los atributos de mando al jefe de Estado electo, Mauricio Macri, en el Congreso, y rechazó la medida que establece el cese de su mandato estableciendo «al primer presidente cautelar» de la historia del país, pero omitió explicar las razones de su negativa a realizar la ceremonia de traspaso en la Casa Rosada.
En su último mensaje como presidenta ante una multitud reunida en Plaza de Mayo, Cristina Fernández reavivó sus críticas a «los medios hegemónicos», las «corporaciones económicas y financieras», políticos opositores y al «partido judicial». También destacó los logros de su gestión y hasta bromeó con que «a las 12» se convertirá «en calabaza».
En su último acto de gestión después de 8 años consecutivos de gobierno y 12 de gestión kirchnerista, la mandataria saliente encabezó -acompañada por Evo Morales- el descubrimiento del busto de Néstor Kirchner en el «Salón de los Bustos» donde son homenajeados todos los presidentes que pasaron por la Casa Rosada en períodos constitucionales.
Durante el acto, en el que agradeció «el apoyo» de ministros salientes, legisladores, artistas, organizaciones defensoras de los derechos humanos, al ex candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, Cristina Fernández advirtió sobre las políticas que implementaría el gobierno entrante de Mauricio Macri.
En ese sentido, instó a «los 42 millones de argentinos» a que «cuando sientan que aquellos en los que confió y depositó su voto, lo traicionaron» que «tomen su bandera y sepan que él (por cada uno) es dirigente de su destino y constructor de su vida».
Y cerró su discurso señalando que «lo más grande que le he dado al pueblo argentino, es el empoderamiento popular, ciudadano, de las libertades, de sus derechos» y enfatizó: «Sepan que siempre voy a estar junto a ustedes» y ratificó que su «lugar natural es la militancia».
En un segundo mensaje, ante la militancia reunida en Plaza de Mayo, se refirió a la polémica por la ceremonia de traspaso del mando, al que decidió no asistir.
Sostuvo que le «hubiera gustado poder» entregar los atributos de mando ante la Asamblea Legislativa, a la que definió como el «máximo órgano popular y federal del país».
Al rechazar el fallo del fiscal electoral Jorge Di Lello que establece el cese de su mandato a partir de la 0 de hoy, dijo haber «visto muchas medidas cautelares, contra la Ley de Medios y decretos del Poder Ejecutivo», aunque remarcó: «Les puedo asegurar que en mi vida pensé que iba a haber un presidente cautelar durante 12 horas en mi país».
«Me dolió mucho ver un presidente en una sentencia judicial al que nadie había votado», dijo sobre Federico Pinedo, y completó: «Será que la próxima vez, además de presidente, tendremos que votar presidente provisional también en la boleta».
En alusión a esa resolución judicial, ratificada por la jueza federal María Servini de Cubría, la presidenta se permitió ironizar y advirtió que no podía «hablar mucho» porque «a las 12» se convertiría en «calabaza», en una cita del cuento «La Cenicienta».
Sin embargo, omitió exponer los motivos por los que rechazó hacer entrega de los atributos de mando en la Casa Rosada, razón por la que Macri presentó la cautelar que finalmente definió la estructura del traspaso de mando.