Días atrás hubo un encuentro de representantes de distintas localidades de la provincia que responden a Pueblo Nuevo, y entre los presentes estuvieron referentes de 25 de Mayo que hasta no hace mucho pertenecían al Movimiento Popular Veinticinqueño, que lideraba el intendente David Bravo.
En la reunión que tuvo lugar en la Sala del Pensamiento de la Legislatura provincial, estuvo el diputado provincial Daniel Robledo, y también se advirtió la presencia de gente de Ingeniero Luiggi, General Pico, Bernardo Larroudé, Santa Rosa, Santa Isabel y, como quedó dicho, de 25 de Mayo.
El legislador sostuvo que Pueblo Nuevo «va generando adhesiones» en distintos lugares de la provincia, con la idea de ir consolidando una fuerza que «tiene la pretensión de fortalecer principios y valores».
«En 2015 no sé si estaremos peleando en 25 de Mayo y otras localidades por la intendencia y concejalías, pero sí con la decisión de trabajar para los pampeanos. Si eso lleva un correlato con las candidaturas lo haremos, pero aquí lo que se va a encontrar es gente que tiene genuino interés por la situación de los ciudadanos».
Robledo resaltó que «se debe servir cuando se está en el llano, por decirlo de alguna manera, o cuando alguien ocupa un lugar de mucha responsabilidad, como en mi caso. Lo que hay que tener es vocación de servicio, un proyecto para combatir la corruptela, porque hacer política es hermoso, pero no para fines personales», enfatizó.
Concejales en 25 de Mayo.
Durante la charla con LA ARENA estuvieron presentes tres personas de 25 de Mayo, dos de ellos concejales de la localidad que en principio acompañaron al intendente David Bravo, y desde hace un tiempo militan en Pueblo Nuevo.
Uno de ellos era Roberto Molina, presidente del concejo veinticinqueño; José María Zapata, vice; y el ciudadano José Bernardo Pineda, quien hace más de 40 años reside en la zona.
Los concejales señalaron que decidieron apartarse de David Bravo «básicamente porque no compartíamos su política. Empezamos a notar irregularidades en el Concejo, y Bravo en vez de escuchar esa voz que le proponía redireccionar sus pasos nunca hizo caso a nuestras sugerencias y no tuvo en cuenta que somos al cabo los representantes del pueblo», dijo Molina.
Amplió diciendo que esperaron «el momento prudente para no ser acusados de desestabilizadores, pero nunca fuimos escuchados. Fue así que fuimos forjando nuevos pensamientos y nuevas posturas políticas para concluir perteneciendo a esta gran familia que es Pueblo Nuevo».
Cabe señalar como dato que el primer acercamiento tuvo que ver con compartir la misma fe religiosa -Daniel Robledo es pastor evangélico-, pero naturalmente hubo otros aditamentos que llevaron a los concejales a dejar las huestes de Bravo, quien de ocho concejales hoy se ha quedado con sólo una edil, Liliana Retamales.
Violencia verbal.
El concejal Molina evaluó que «hay en 25 una situación de división notoria», y expresó que «son tiempos hasta de diría de una violencia mediática a la que no estábamos acostumbrados». Razonó que «eso hizo que se armaran bandos muy marcados, y se advierte una violencia verbal y mediática muy fuerte, que se palpa más que nada en el medio de comunicación oficial».
Hacía referencia así a la radio de la localidad, donde juzgó que «falta criterio profesional, no hay libertad de expresión y es utilizada como canal extremo del gobierno actual, cuando en realidad se trata de un bien social que todos los ciudadanos debieran poder usar».
José Zapata, quien indicó vivir desde hace más de 40 años en la zona, se refirió a la metamorfosis producida en la localidad por el petróleo: «Se nota el fluir de regalías, y el petróleo contribuyó a cambiar a 25 de Mayo. Pero podría estar mejor aprovechando bien los recursos, aunque creemos que lo más importante sería tener paz social. Tenemos un Ejecutivo muy autoritario, y él su gente no hablan con nosotros y ahondan el malestar», concluyó.
Fuente: Diario La Arena