Lo ubicaron gracias al equipo robótico de Prefectura Naval. Cayó la hipótesis de su huida, pero sigue la pesquisa por las muertes.
SAN MARTÍN DE LOS ANDES | El cuerpo del joven Alejandro Báez fue hallado ayer a una profundidad de 45 metros y rescatado por los buzos de Prefectura de las frías aguas del lago Lácar, con lo que se cierra, al menos, un capítulo en la investigación del presunto femicidio de la joven Laura Vázquez Proboste, y del supuesto suicidio de su novio y conductor del furgón, que fue usado a modo de arma.
En efecto, mientras Báez, de 27 años, permanecía desaparecido, se tejieron múltiples versiones, entre ellas la que daba cuenta de que el conductor se había arrojado del furgón antes de la fatal caída del rodado desde el Camino de Siete Lagos.
El automotor se despeñó en la noche del sábado pasado por un faldeo de 120 metros y el cadáver de Vázquez Proboste fue encontrado rápidamente, pues la joven había salido despedida en la rodada. Pereció por fractura de cráneo. Pero el destino de Báez permanecía desde entonces bajo un velo de misterio.
El jefe de los fiscales de la Cuarta Circunscripción, Fernando Rubio, destacó las tareas realizadas por las distintas fuerzas intervinientes y anticipó que los restos de Báez serán sometidos a una autopsia, previa identificación de los familiares. Ese trámite se cumplió al cierre de este despacho, con la identificación positiva por parte de los deudos.
Familiares y decenas de conocidos de las víctimas, así como otros tantos curiosos, se concentraron en la avenida Costanera frente al muelle Lácar y del otro lado del cordón de seguridad dispuesto por Policía, apenas surgieron los primeros trascendidos sobre el hallazgo.
A las 17:20 arribaron a la Costanera los guardacostas y lanchas de Prefectura que trabajaron en el lugar, una de ellas portando el cuerpo envuelto en una cobertura de grueso plástico oscuro. Escenas de dolor se vivieron en ese momento entre los familiares.
El fiscal Rubio también regresó en ese contingente tras haber presenciado las tareas en el sitio del siniestro. Sus colegas Maximiliano Bagnat e Ignacio Oyuela lo aguardaban en el muelle, disponiendo a su vez distintos aspectos de las diligencias que se iniciarían ya con los restos en la morgue.
Policías de las distintas comisarías locales y de Tránsito, así como más de 20 efectivos de Prefectura, participaron de los procedimientos protagonizados en las aguas por los buzos de profundidad arribados desde Buenos Aires, junto con el equipo autónomo con cámara operada por control remoto, que a la postre permitió la ubicación del infortunado Báez.
Según fuentes consultadas por este diario, el cuerpo fue hallado a una profundidad de 45 metros, sobre una saliente del terreno que corre como la continuidad natural del faldeo hasta el fondo. Lo curioso es que en la primera de las jornadas de inmersiones, el martes, se había llegado con los equipos robóticos hasta los 70 metros, sin novedad.
Sin embargo, esas primeras incursiones permitieron hallar piezas del furgón Mercedes Sprinter, entre ellas el capó. Con ese dato a la mano, los investigadores repitieron desde la mañana de ayer las inmersiones en las proximidades del mismo sitio, lo que finalmente permitió dar con el cuerpo. Los restos no estaban, como se suponía, atrapados entre los hierros del habitáculo, sino apoyados sobre el terreno. Una vez determinado el sitio, los buzos hicieron el trabajo de rescate.
Pero las tareas investigativas continuarán ahora desde la Fiscalía, en procura de determinar si en efecto se trató de un femicidio y suicidio precedido de una disputa de pareja, como se especula a partir de diversos indicios, o si se está frente a un hecho accidental.