El cuerpo de ella fue rescatado, pero no aparece el del hombre. Según familiares, horas antes habrían tenido una discusión.
SAN MARTÍN DE LOS ANDES | Un hombre desapareció y una mujer falleció la medianoche del sábado al caer el vehículo en el que se desplazaban desde Ruta 40 a las aguas del lago Lácar, a lo largo de un precipicio de 120 metros. El siniestro está rodeado de extrañas circunstancias que hacen presumir a los investigadores que la caída fue intencional. Las víctimas fueron identificadas como Alejandro Báez y Laura Vázquez Proboste, de 25 y 23 años.
El fiscal Maximiliano Bagnat confirmó a este diario que la hermana de la mujer habría recibido un mensaje en el que refería una disputa con su pareja. También se esperaba la declaración de un ciclista, que podría haber sido circunstancial testigo de la salida de la ruta. Otras versiones que circulaban anoche mencionaban una segunda llamada de Vázquez Proboste pidiendo auxilio, pero la fiscalía no lo confirmó.
Según la información disponible, la joven salió despedida y pereció en el acto por los golpes contra las piedras del faldeo, mientras que su pareja desapareció. Presuntamente está en el fondo del espejo de agua porque su cuerpo quedó atrapado entre los restos informes del automotor tipo Trafic.
En el lugar del desbarrancamiento no había frenadas ni otra señal que pudiera sugerir algún tipo de maniobra para evitar un accidente.
Se esperaba el arribo de equipos especiales para alcanzar la profundidad donde se cree quedó depositado el vehículo. Buzos tácticos de Prefectura descendieron unos 40 metros sin poder llegar hasta el fondo, que estaría a unos 100 metros en ese sector de la cuenca Lácar.
No se descartaba la necesidad de usar una cámara robótica, que llegado el caso debería ser despachada por Prefectura desde Buenos Aires.
El hecho ocurrió sobre el filo de la medianoche y movilizó a efectivos de Policía; Prefectura, Bomberos, Defensa Civil y hospital Carrillo, a la vez que provocó consternación entre los sanmartinenses.
Decenas de personas se acercaron por la mañana hasta las proximidades del lugar, a unos 2.000 metros del casco histórico por el famoso Camino de Siete Lagos, que une esta ciudad con Villa la Angostura.
El sitio fue resguardado por un cordón policial y el tránsito quedó limitado al paso por una sola mano, mientras actuaban los peritos y efectivos de seguridad.
El lugar, próximo a la denominada «salida de los santitos», no es ajeno a las crónicas funestas. Allí mismo se produjo un accidente con fallecidos en 2011. Se trata de un sector de la Ruta 40 y Camino de Siete Lagos, donde no hay guardarrail o protección de cemento como ocurre en otros tramos, para resguardar a los automotores del precipicio. El espacio entre la cinta asfáltica y la caída a pique es de unos cinco metros, sólo separados por piedras salientes y árboles.