BARILOCHE | Con una fuerte reivindicación del desarrollo y la autonomía nacional en materia tecnológica, la presidenta Cristina Fernández inauguró ayer un moderno centro de ensayos construido por Invap SE con capacidad para probar satélites, radares y otros artefactos industriales.
Dijo que la posibilidad de integrar ese servicio especial (que hasta ahora era contratado en el exterior) incorpora a la Argentina al selecto grupo de naciones líderes en tecnología satelital, ya que sólo le faltaría la fase de lanzamiento.
Sin embargo, este último proyecto también está en marcha y la plataforma necesaria sería instalada en Bahía Blanca.
La visita presidencial a Invap se extendió por casi tres horas y coincidió también con el comienzo de la etapa de pruebas sobre el satélite de comunicaciones Arsat-1, que ya superó los ensayos funcionales y ahora debe ser sometido a los «ambientales».
Estos últimos (según el detalle técnico) permite simular las vibraciones, la falta de gravedad, las condiciones de vacío y las temperaturas extremas a las que estará sometido en el espacio.
«Hoy no solo inauguramos alta tecnología, también inauguramos soberanía», aseguró Fernández. Dijo que la capacidad alcanzada ahora por la Argentina en industria espacial no existe en otro país del continente, salvo Estados Unidos.
«Esto nos convierte en competitivos en alta tecnología, que es lo que va a diferenciarnos en el mundo» afirmó la mandataria. Antes había recordado como un hito clave la creación de la empresa Arsat en 2005, que permitió retener las dos órbitas espaciales asignadas al país, cuando estaba a punto de perderlas.
Refirió también que el plan satelital completo que incluye el Arsat 1, 2 y 3, más los Saocom y las instalaciones complementarias como la inaugurada ayer representan una inversión de 8.800 millones de pesos.
Antes de brindar su mensaje en una carpa colmada por funcionarios, científicos y un acotado grupo de militantes, Fernández se calzó ropa esterilizada y recorrió el llamado «cuarto limpio», donde actualmente Invap alberga los satélites Arsat-1 y Saocom 1A, que ya están en fase de «integración».
El primero de ellos tendrá prestaciones en televisión satelital, telefonía y banda ancha de internet, y su lanzamiento está previsto para el segundo trimestre de 2014.
El Saocom, en tanto, es un satélite de observación terrestre apto para realizar mediciones de humedad que son indispensables en la agricultura, la producción forestal y la prevención de incendios.
En la mesa de autoridades estuvieron entre otros el ministro de Planificación Julio De Vido; el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck; la intendenta local, María Eugenia Martini, y la vicegobernadora de Neuquén, Ana Pechen, junto a los máximos referentes de Invap, la empresa Arsat y la Conae.
Fernández confesó ser «una loca de la ciencia» y definió al impulso de la actividad espacial instrumentado en los últimos años como «una política de Estado». Aseguró que cada vez que llega a Invap ve caras nuevas y muchos científicos jóvenes, y se consideró orgullosa de ser «la presidente de la renovación generacional» en ese segmento. En una intervención previa, el gerente general de la empresa rionegrina, Héctor Otheguy, había ponderado la recuperación de la ciencia y la tecnología durante la última década y dijo que Invap pasó de tener 300 empleados en 2003 a casi 1.100 en la actualidad.
Luego la presidenta le recordó un dato que juzgó más significativo al indicar que en el mismo lapso Invap pasó de facturar 30 millones a más de 200 millones de dólares por año. De modo que su volumen de negocios creció bastante más que su planta de personal.
«Hay muchos que quieren volver al país de la mano de obra barata y el alto endeudamiento -afirmó la presidenta-. Pero aquí hay un grupo de dirigentes que estamos dispuestos a plantarnos ante quien sea para defender los intereses de los argentinos».
Dijo que el desarrollo en ciencia y tecnología «es lo que convierte al país en competitivo y lo que va a diferenciarlo en el mundo, junto a los agroalimentos y a la energía».