25 DE MAYO | Dos jóvenes tucumanas de 19 y 24 años denunciaron, el pasado jueves, a los propietarios del restaurante “La Font del Río Colorado” por explotación laboral, acoso sexual, maltratos, comida en mal estado y demás irregularidades. Las chicas oriundas de la localidad de Tafí Viejo llegaron en diciembre por una propuesta laboral en esa casa de comidas ubicada en el sector de Puente Dique, a la vera de la ruta nacional 151, a 6 kilómetros de la localidad veinticinqueña. Contaron que se escaparon para poder ir a la policía y solo pudieron cobrar $800 cada una, no tienen dinero para volver a su provincia ni un lugar donde hospedarse.
Myriam Elizabeth Pereyra de 19 años y Cynthia Priscila Medina Nieva de 24 años denunciaron este jueves en la Comisaría Departamental de 25 de Mayo a los propietarios del restaurante “La Font del Río Colorado” María Elvira Burgos y su esposo Hector Marquer, acusándolos de “esclavitud laboral”, acoso sexual, agresiones verbales, cambio de fechas de caducidad en los productos comestibles, presencia de cucarachas, ratas y otras alimañas en la casa de comidas ubicada en el sector de Puente Dique, a la vera de ruta nacional 151 y ruta provincial 34, a pocos metros de la estación de servicio YPF – ACA .
Las jovencitas oriundas de Tafí Viejo, provincia de Tucumán, estuvieron esta mañana en los estudios de Radio Municipal, donde contaron la terrible experiencia vivida en la localidad. Según relató Cynthia Medina Nieva “ambas estábamos sin trabajo y a través de la ex pareja de mi madre (García), nos pusimos en contacto con María Elvira Burgos, dueña del restaurante, que por teléfono y previo a expresarnos que necesitaban dos empleadas en la parrilla, acordó la suma de dinero que íbamos a ganar ($ 6.000 mensuales), decidimos viajar hacia La Pampa, por lo tanto Burgos nos envío a la Terminal de San Miguel de Tucumán dos pasajes para que abordáramos el micro y nos traslademos a esta localidad”.
“El día que llegamos (17 de diciembre de 2014) descendimos del micro Via Tac en Puente Dique y allí fuimos al restaurante donde fuimos recibidos por Burgos y García. La dueña del restaurante nos explico que en la parte trasera de la parrilla tenía una habitación para que pudiéramos alojarnos y nos explicó que una de nosotras trabajaría como moza en el salón y la otra en la cocina, en los siguientes horarios de 10 hs a 16 hs y de 20 hs a 01 hs”.
“El día que arribamos a 25 de Mayo y por el lapso de una semana nos quedamos en la vivienda de Burgos ubicada en el pueblo, pero su esposo recorría la casa en ropa interior e iba al baño dejando la puerta abierta, por eso le pedimos que nos dejara quedarnos en la pieza que tenían detrás del restaurante. Los primeros días de trabajo la relación con los dueños era muy buena, pero con el correr del tiempo se fue haciendo cada vez peor, en ciertas oportunidades nos hablaba y otras nos ordenaba de mala manera, con gritos e insultos, nos decía “sos tontita” “boluda” entre otros adjetivos”.
“Nosotros habíamos acordado un horario pero no se respetaba, nos hacía quedar hasta las 3 hs de la madrugada y en ciertas ocasiones hasta más tarde. Cuando nos fuimos a quedar en la pieza que está detrás de la parrilla, los horarios pasaron a ser de 9 hs a 17,30 hs y de 19 hs a 3 hs, casi no teníamos tiempo de descansar ni de asearnos”.
Myriam Pereyra contó que en cierta oportunidad la mandaron a limpiar el baño, “la señora Burgos hecho gran cantidad de lavandina y me dejo adentro limpiando, yo no aguante y me descompuse, me dio alergia, se me hincharon los ojos, mis compañeros me llevaron hacia un costado para que ellos no me vieran. Tuve que seguir trabajando en esas condiciones, ni siquiera me llevaron al hospital, tome medicamentos porque le consulté a mi mamá por teléfono, ya que tiene un médico amigo allí en Tucumán. Todavía tengo secuelas en mis ojos”.
“Nosotros comíamos de las sobras que dejaban los clientes que pasaban por el restaurante, porciones de pizza, las calentábamos para poder comer”.
ACOSO SEXUAL
Medina contó que “el propietario de la parrilla Marquer, siempre tenía insinuaciones sexuales hacia nosotras, que el día 24 de diciembre, cuando limpiaba un vidrio, él se me acerca imprevistamente por detrás, me toma con sus manos de la cintura y me lleva hacía él, y me dice `QUE LINDA QUE ESTAS, ESTA NOCHE TE MUERDO´… como también hacía alusión provocativa a la ropa que usábamos.
Yo le dije que tuviera un poco de respeto, que le iba a contar a su mujer de su actitud, él me decía que me calmara que me iba a aumentar el sueldo”.
COMIDA EN MAL ESTADO
Las jóvenes contaron con preocupación el mal estado de la comida que allí se consume, “nos hacían cambiar las fechas de caducidad de productos que estaban vencidos hace mucho tiempo. Hay cucarachas por todas partes, ratas… en cierta oportunidad comí una empanada – relató Pereyra – y tuve que vomitar porque estaba fea, parecía podrida”.
El jueves las tucumanas decidieron escaparse, según relataron, para concurrir a la Comisaría Departamental, donde en una primera instancia radicaron una exposición y luego formalizaron la denuncia.
“Cuando le dijimos a Burgos (propietaria) nuestros reclamos, ella dijo que si nos queríamos retirar que lo hiciéramos, pero antes debíamos abonar el dinero de los boletos que nos había enviado para que viajáramos a la localidad, como así también le teníamos que abonar el dinero de la comida y bebida que habíamos consumido”.
PAGO
Myriam y Cynthia contaron que “solo nos pagaron $ 800 a cada una y ese dinero no nos alcanza para el pasaje de vuelta a Tucumán. Además nos quedamos en la calle, por ahora desde el municipio nos ha dado un lugar para quedarnos, pero necesitamos volver a nuestra provincia”.
MÁS RECLAMOS
Mientras las jóvenes contaban la historia en los estudios de Radio Municipal. Se acercó otro joven oriundo de Tucumán que ya había pasado por un episodio similar “yo estuve dos semanas y me fui por el maltrato de los dueños, además por la mugre que había en el restaurante cucarachas, ratas, sapos…”
Posteriormente otro joven mendocino se acercó a la radio para reclamar una situación similar, indicando que había radicado una denuncia hacía los dueños de la parrilla.
DERECHO A RÉPLICA
La señora María Elvira Burgos, dueña de “La Font del Río Colorado” se comunicó con Radio Municipal para solicitar su derecho a réplica. La mujer indicó que a las jóvenes tucumanas no les gustaba trabajar y que las mandaran, “vivían como unas reinas, las tuve en mi casa y les di todo lo que necesitaban”.
Burgos negó rotundamente cualquier episodio de acoso sexual dejando entrever que quizá las chicas habían provocado a su marido.
En cuanto a las acusaciones de mal estado de la comida, negó tal situación y respecto a la presencia de alimañas dijo “bueno, cucarachas hay en todos lados, quien no tiene cucarachas en la casa…”.
Las jóvenes tucumanas fueron asistidas por varios vecinos de la localidad que ofrecieron dinero para pagar los pasajes, albergue y en algunos casos trabajo así se podían quedar un tiempo más en 25 de Mayo.