La piloto catrielense fue entrevistada por el diario deportivo más importante del país. Alicia es reconocida en todo el territorio nacional por su trayectoria y por seguir siendo la única argenta en el desafío automovilístico más difícil del planeta. En seguir leyendo Nota completa Diario Olé.
Reina popular
Alicia tiene el apoyo de su pueblo, Catriel, que se reunió en una cena para colaborar en el proyecto 2016.
El Polideportivo municipal de Catriel está listo. Son casi las 22 y la gente empieza a llegar. Poco importa el cielo amenazante y el viento frío que pega duro. Nadie quiere perderse la cena que organizó Alicia Reina, la única mujer argentina que se le anima al Dakar con su camioneta Toyota y con Dante Pelayo como navegante. Algunos se quedarán afuera, porque el cupo es de 350 personas. Desde temprano, la gente pasa por la casa a buscar su tarjeta.
Esta ciudad rionegrina, de 40.000 habitantes, está encolumnada detrás de su representante y saben que la comida que tendrá show incluido es para darle esa mano que tanto necesita, todo organizado por su marino, Adrián Farroni, más conocido como Chingolo. También hay algunos de General Roca, Neuquén y 25 de Mayo (La Pampa). La camioneta no podía faltar adentro del Polideportivo, la misma con la que finalizó el raid en el 2014 y con la que este año debió abandonar. Pasa el asado y antes del postre Alicia se prende en la charla con Olé a dos meses de su tercera incursión en la carrera.
-¿Cómo vivís este apoyo de la gente?
-Feliz. Es un honor y un orgullo que toda esta gente nos acompañe y nos demuestre su cariño.
-¿De dónde salen las ganas de seguir haciendo el Dakar si mientras lo corrés decís “esto es una locura”?
-A nosotros nos costó mucho poder correr el Dakar. Participar en el 2014 ya fue una felicidad enorme. Y por más que nos pasaron un montón de cosas, viví sensaciones muy raras porque yo estaba feliz de estar en el Dakar. Y al año siguiente busqué hacerlo mejor y ahora otra vez. Me encanta ser parte de esta pasión.
-Hay cinco o seis pilotos que vienen a ganar el Dakar y el resto busca ganarle al Dakar que es terminarlo.
¿Cómo tomás ser parte de ese grupo?
-Es así, nosotros vamos tratando de superar obstáculos y terminar los días. Corremos un Dakar muy distinto al de los punteros. Largamos muy atrás y vamos con muchas huellas y en algunos casos nos empiezan a pasar los camiones y se sufre muchísimo. Nosotros vamos con el objetivo firme de terminar.
-¿Qué repercusión sentís por ser la única mujer argentina en el Dakar?
-Siento mucho apoyo de la gente. Capaz que esto le pasa a todos los que corren el Dakar, pero para mí es increíble.
-¿Cuál es la sensación de largar el Dakar después de todo un año de trabajo para poder llegar?
-Vivir eso es increíble. Porque, sí, soy yo la que está ahí, la que va a largar. Es algo extraordinario lo que se siente.
-¿Y a medida que van pasando las etapas como lo vas llevando?
-En el primer Dakar nos fuimos poniendo más fuerte de la cabeza. Porque la verdad es que nos pasaron muchas cosas. Sin embargo jamás pensé en abandonar. Y en el momento en el que llegamos fue una sensación rara porque es como que decías “ya está”. Y te queda un vacío de todo lo que venías sintiendo. Pasar por la rampa de llegada es una emoción muy linda y una felicidad total.
La Chata llega diez puntos
El 2014 marcó el debut de Alicia Reina en el Dakar y le fue muy bien. A pesar de sufrir varios contratiempos (hasta debió dormir una noche en el desierto) logró finalizar. El año pasado la situación cambió. Problemas de temperatura en su Toyota la obligaron a abandonar tras la tercera etapa. En la tranquilidad del taller se descubrió que el problema radicaba en los sistemas de refrigeración y de filtros de aire. Todo se modificó para la edición que comenzará el 3/1. Además, se cambiaron los diferenciales y la suspensión completa.
Para ponerla a punto y probar las modificaciones, el pampeano Conrado Martín, navegado por Dante Pelayo, corrió algunas fechas del Cross Country Argentino con la camioneta de Alicia, incluyendo el Desafío Ruta 40 Dakar Series. Trabajo no faltó para cumplir el objetivo de llegar.