El gobernador Alberto Weretilneck dio por concluido el proceso de renegociación petrolera de Río Negro después que la Legislatura desaprobara el viernes el acuerdo propuesto con Petrobras, destinado a prorrogar por 10 años a sus tres concesiones. Ratificó que la propuesta de Petrobras «era muy buena y no será posible mejorarla».
«Se esperarán los vencimientos de los contratos y la resolución quedará para el próximo gobierno», expresó ayer el mandatario a «Río Negro».
Entendió que «no es lógico» insistir con el proceso de renegociación contractual por dos razones. Primera: la propuesta con Petrobras «era muy buena y no será posible mejorar sus parámetros» en otras negociaciones. Segunda: está pendiente la reforma nacional a la ley de Hidrocarburos, que «es beneficiosa» para las empresas.
La negativa al contrato con Petrobras sumó 26 votos frente a 17 legisladores que lo apoyaron. Río Negro firmó ese acuerdo a fines de abril, con un compromiso de la petrolera de un bono por 92,8 millones de dólares (con un desembolso inmediato de casi 50 millones), unos 382 millones para inversiones y, entre otras asignaciones, un aporte social por 18,6 millones.
Ayer, Weretilneck reiteró el impacto negativo que ese rechazo tendrá para Río Negro, repitiendo que se notará la desinversión en los próximos años al acercarse a la finalización de los contratos y, consecuentemente, el «declive de la producción de petróleo y de gas, de regalías para la provincia y también, de las fuentes laborales».
En referencia a si el gobierno insistiría con el programa, el gobernador manifestó que esperará «el vencimiento de los contratos, que ocurrirá en el 2015, 2016 y 2017. Quedará así para el próximo gobierno» de la provincia.
Argumentó que no existiría «lógica» que el gobierno repitiera el proceso frente a las condiciones existentes, insistiendo que «será muy difícil una propuesta superior a lo que se había logrado con Petrobras y que fue rechazado», pero además, manifestó que las empresas tienen una proyección de un escenario más beneficioso con el esquema que promueve Nación entonces no existiría interés de parte de ellas. En ese sentido, Weretilneck relató el otorgamiento de un mayor plazo de concesión (25 años contra los 10 años de la rionegrina) y, entre otros, de la ausencia de un bono fijo para la prórroga.
El actual es el segundo proceso de renegociación frustrado en Río Negro. En el 2010, el radical Miguel Saiz aprobó un esquema que no prosperó después de la derrota radical de septiembre del 2011. Luego, el Frente para la Victoria diseñó su marco de renegociación -fijado en la ley 4818- y que parece quedará trunco después del rechazo del contrato con Petrobras.
El plan de renegociación contemplaba una veintena de áreas en poder de una decena de petroleras, con vencimientos mayormente entre el 2015 y 2017. Las primeras conclusiones contractuales serán en junio del año próximo. Tres vencerán ese mes (puntualmente el 9): Agua Salada de Tecpetrol SA; El Santiagueño de Apache (ahora en poder de YPF) y Jagüel de Los Machos de Petrobras, uno de sus tres áreas que formaban parte del convenio rechazado.
En junio, el contrato de Río Negro con Petrobras ingresó a la Legislatura y, rápidamente, se dieron fuertes cuestionamientos, que se consolidaron en la audiencia pública. Las censuras estaban en la baja inversión propuesta, en dudas de los pasivos ambientales y el plan de remediación, y también en los incumplimientos de Petrobras hacia la provincia.
El debate legislativo volvió a girar en torno a esas cuestiones y, también, incorporó la observación a la postura del gobernador que no quiso reabrir la negociación con la petrolera. En ese sentido, el mandatario insistió que era el mejor contrato posible y que la petrolera no quería rediscutir el acuerdo firmado.