VIEDMA | Momentos de tensión se vivieron ayer en el transcurso de una violenta protesta con paro por 48 horas impulsados por la Unter y ATE, y en un intento de ingresar por la fuerza a la Casa de Gobierno reclamando una serie de reivindicaciones laborales. Tres policías resultaron heridos, entre ellos la titular de la Comisaria 1°, María del Carmen Carrizo.
En cuanto al grado de acatamiento del paro docente durante la primer jornada se difundieron cifras disímiles entre el Poder Ejecutivo y el gremio.
El Ministerio de Educación buscó relativizarlo calificándolo de «bajo», y lo estimó en un promedio de alrededor del 40% en las escuelas rionegrinas. En Bariloche, el nivel fue considerado de la misma manera, en Cipolletti lo midió como «regular» siendo la ciudad de Cinco Saltos la de mayor índice.
El adjunto de la Unter, Marcelo Nervi, brindó anoche ante el medio “DeViedma” un detalle que promedió el 80% según la medición gremial. Destacó la adhesión en General Roca y Catriel donde esas seccionales alcanzaron más de un 70%, mientras que Viedma fue del 79.
En la movilización de los docentes de toda la Provincia participaron alrededor de un millar de personas, entre militantes de ATE y del Partido Obrero. Portaban pancartas y figuras de cartón en un intento de dejar en ridículo a los funcionarios de Educación, renunciantes en las últimas horas por el alineamiento del gobernador Alberto Weretilneck al «massismo».
Los manifestantes, arengados por dirigentes del gremio docente desde un camión que servía de apoyo, comenzaron a media mañana de ayer a recorrer las calles céntricas. Proferían epítetos irreproducibles hacia la gestión del gobierno provincial, y del ministro Marcelo Mango, en particular.
Al mediodía se concentraron sobre la vereda de la Casa de Gobierno frente a un vallado humano de efectivos policiales que custodiaba la sede gubernamental. Fue en ese momento que comenzaron los disturbios cuando pugnaban a la fuerza por ingresar al hall central.
Durante un determinado momento llovió todo tipo de objetos sobre las paredes y las guardia de efectivos, en tanto que los vidrios del grueso portón fueron destruídos utilizando caños de gas como barretas.
En esa refriega y empujones cayó al piso la funcionaria policial que quedó desvanecida mientras recibió un par de puntapies. Por ese motivo, el Jefe de la Regional César Curiqueo dispuso el traslado de la oficial superior hacia un nosocomio privado donde quedó internado. Paralelamente, dos miembros de la custodia sufrieron escoriaciones que le demandarán siete días de recuperación.
La reprimenda no se hizo esperar, y desde el interior del edificio se lanzó gas lacrimógeno buscando disuadir a los revoltosos. Una hora más tarde, el grueso de los manifestando se trasladó a la contigua plaza San Martín para que los dirigentes de la Unter y ATE descargaran gruesa munición verbal desde el estrado y los micrófonos.
Más calmos, los manifestantes almorzaron en ese paseo público a la espera de ser recibidos en la Secretaría de Trabajo a media tarde, trasladándose para ello por un trayecto de dos cuadras. Sin embargo, cuando en forma masiva convergieron sobre ese lugar en la avenida Rivadavia se encontraron con las puertas cerradas y con el recado gubernamental que no serían recibidos ante la ausencia de funcionarios de Educación, en el marco de una mediación a la que había convocado el área laboral de la Provincia. Cuando el grueso de la concurrencia tomó conocimiento de que se frustraría el encuentro, los más enardecidos comenzaron a forzar las aberturas de acceso rompiendo una reja del edificio.
El gobierno provincial repudió y lamentó ayer la «violenta manifestación realizada» calificando a los hechos de «extratemporales» y «lejos de las circunstancias actuales donde el gobierno garantiza los derechos de los trabajadores, cumple al día con los acuerdos paritarios y apuesta a la negociación con diálogo».