Carlos Carrasco, el joven que está detenido por el asesinato del anciano en Fernández Oro fue, fue sometido ayer al examen mental obligatorio. Los suboficiales que intervinieron en la investigación dijeron que, en su opinión, tiene un extraño comportamiento. En sede policial Carrasco también se habría incriminado en otro caso.
Los forenses trabajan ahora en el caso de Carrasco, que era inquilino de Juan Antonio Martínez Parra, el hombre de 79 años que fue mutilado en Fernández Oro.
La víctima residía en la calle Lucinda Larrosa al 400 del barrio Matadero y en la parte posterior de la casa tenia dos habitaciones en alquiler. Una se la rentaba a Carrasco, aunque en el último tiempo pretendía desalojarlo «por su mala junta».
El sábado temprano la nieta del anciano concurrió a su casa para realizar tareas de limpieza. Cómo no lo encontró y advirtió que había manchas de sangre hizo la denuncia en la Comisaría 26.
Los investigadores concentraron todas las sospechas en Carrasco y lo buscaron intensamente. No lo encontraron hasta la madrugada del domingo.
El plazo fijo
Pero antes, en la casa de su novia, secuestraron una mochila que contenía un arma de fuego, el DNI del anciano y cuatro certificados de un plazo fijo que estaban a nombre de Martínez Parra.
La principal hipótesis con la que se trabaja es que lo mató para cobrar ese dinero.
El domingo, los canes de la Policía marcaron el sector de la medianera de la casa del anciano y desde el techo los suboficiales pudieron observar bolsas cubiertas con cal. Los bomberos rompieron el paredón y hallaron el cuerpo de Martínez Parra mutilado en ocho partes. Creen que el asesino lo cortó con un hacha y que le tiró cal para evitar el proceso de putrefacción y los malos olores.
A Carrasco lo indagaron el lunes y le imputaron un «homicidio criminis causa», pero se abstuvo de declarar.
Ayer, policías que tuvieron contacto con él describieron su comportamiento y contaron que en la comisaría confesó este homicidio y se atribuyó otro que ocurrió tiempo atrás en Fernández Oro.
Ahora todo es materia de investigación, pese a que los funcionarios judiciales advirtieron que legalmente «no tiene ningún tipo de validez lo que pudo haber dicho» fuera del juzgado. «Cuando vino a la indagatoria entró con una cara de tremenda felicidad», describió uno de los efectivos policiales.