CATRIEL | La formación de mano de obra local especializada es un horizonte que aclara para cualquier localidad. El caso de Catriel no es la excepción. Por tratarse del punto petrolero en el mapa de Río Negro, las apuestas a capacitar a sus jóvenes vale el doble: por un lado se forja la expectativa laboral y, por el otro, las compañías incorporan operarios formados. Hacen prácticas en el yacimiento Los Caldenes.
Silvana Uranga es la directora del único centro de educación terciaria de la localidad. Asegura estar convencida de hacer los esfuerzos necesarios para que el espacio de capacitación sea constante y de calidad. Para que las oportunidades y las expectativas sigan vigentes.
Sebastián, un joven estudiante que llegó desde Bolivia hace dos años, vino específicamente a hacer la Tecnicatura Superior en Petróleo. Busca simplificar la ecuación: comenzar a trabajar y radicarse definitivamente en la localidad. Una vez resuelto el paso uno, tiene en agenda concretar el segundo, pero por eso no menos importante, que es poder ayudar a su mamá para que vuelva a la Argentina, donde nació.
«Sé que si tengo buenas notas y hago la carrera en el menor tiempo posible, voy a conseguir trabajo más rápido», dice convencido.
Como Sebastián, las historias se repiten dentro y fuera de las aulas. Así es el caso de Mariana, una de las tantas jóvenes que eligieron la carrera para insertarse en un ámbito laboral que, tradicionalmente, estuvo copado por los hombres.
Mariana sabe bien que a esta altura de la cursada, y sobre todo después de las prácticas en las empresas, la ansiedad se resume en una frase tan corta pero a la vez tan larga como todas las horas de estudio: «Terminar y empezar a trabajar».
Vínculo y colaboración
Las prácticas en las empresas son un punto de quiebre en la formación de los estudiantes. Así lo defiende Uranga, quien además reconoce que «la única posibilidad de crecimiento en el nivel superior es el compromiso de la comunidad y de las empresas del sector». Y este año la colaboración, tanto de firmas locales como de compañías internacionales, permitió cumplir con la formación en campo.
Los estudiantes de segundo y tercer años son quienes acceden a las denominadas «prácticas profesionalizantes», una especie de pasantía en yacimiento. Si bien la metodología se realiza año tras año, este 2014 pudieron volcar la teoría en una visita al yacimiento Los Caldenes, ubicado al norte de Cinco Saltos y que fue presentado meses atrás casi en cadena nacional con la visita de varios funcionarios del gobierno nacional y el CEO de YPF, Miguel Galuccio.
Con la vestimenta reglamentaria de seguridad (el típico mameluco, casco y botines punta de acero) y en tres grupos conformados por mujeres y varones, fueron auténticos petroleros por un día. Guiados por personal efectivo de la petrolera nacional recorrieron las áreas de producción y participaron de las tareas cotidianas. Todo aquello que Sebastián y Mariana intentaron imaginar por los libros de la teoría se materializó, y pudieron operarlo como un trabajador más en la industria del «oro negro».
La directora del Instituto se refirió a las colaboraciones de las empresas locales como Ute Necom, Petrolífera Petroleum y Emysa. Además se refirió a la participación de la compañía internacional Weatherford, en cuyas instalaciones los jóvenes realizaron –por segundo año consecutivo– prácticas extractivas de AIB (aparato individual de bombeo conocido como «guanaco») y de PCP (bomba extractiva en profundidad).
Con estos ejemplos, Uranga pone especial énfasis en «el compromiso de la comunidad educativa, de la comunidad en sí, de los empresarios y las empresas» para sostener el instituto.
NUEVA IDENTIDAD
El instituto surgió hace un año. Fue tras la unificación del Centro de Educación Técnica y el Instituto Superior. Aunque por falta de espacios físicos las clases se desarrollan en distintas sedes, Uranga destaca el esfuerzo que se realizó «al mantener unificado el nivel, aun en dos edificios y que los chicos se sientan parte de ambos. Fue importante que interactúen y en conjunto haber podido avanzar en el crecimiento de cada una de las carreras».
De la fusión surgió un vínculo que se extiende a una formación integral más compleja. Si bien sólo el Centro de Educación Técnica ofrecía la Tecnicatura en Petróleo, el Instituto Superior contaba con carreras como Administración e Informática, por eso es que de esa relación ambos costados salieron fortalecidos. Ahora, la interactividad y los vínculos creados a partir de la nueva formación resignifican a la institución con más dinamismo –dice Uranga–, hecho que la dota de mayores atractivos que seducen a los egresados de nivel secundario y que terminan por elegirla para quedarse en su localidad.
El nuevo instituto se presentó en la Fiesta Provincial del Petróleo. La intención fue llegar a un lugar donde los más jóvenes, egresados o aún en el secundario, pudieran ver que en su localidad hay atractivos para formarse y contar con una salida laboral.
Los chicos de primer año llevaron maquetas ilustrando los distintos sistemas de extracción y el posterior tratamiento en plantas de gas y de crudo. La intención, además de mostrar el espacio académico, fue brindarle a toda la comunidad lo que los estudiantes aprendieron y están capacitados de plasmar.
Además, reconoció Uranga, el espacio se utilizó para habilitar la inscripción a la «Tecnicatura en Gestión Ambiental» –que comenzará a dictarse el año próximo–. «Esta carrera está altamente ligada a la actividad hidrocarburífera, cargada del impacto que producen las petroleras, sobre todo en la ciudad y la región», contó la titular de la institución.
El momento fue aprovechado además para mostrar el alcance de otras carreras, como lo hicieron las alumnas de Administración de Empresas, encargadas de realizar las encuestas y el censo para la Cámara de Medianas Empresas, previo a la presentación del proyecto de comercio a cielo abierto que llevan adelante la CAME y la Cámara de Comercio de Catriel. También se presentaron los estudiantes de Desarrollo de Sistemas, que se encuentran en la etapa final del área de Soporte de Infraestructura de Informática, quienes contaron el componente práctico que ya desarrollan en empresas de la localidad.
A modo de cierre busca dejar más optimismo. «Como dice un viejo dicho: meta palo y a la bolsa. Seguimos para adelante. Estoy comprometida con este nivel y vamos a seguir trabajando para que no se pierda lo hecho», asegura como un balance de los últimos cinco años y agrega que para los próximos períodos esperan sumar nuevas ramas formativas vinculadas con la industria petrolera.