Se mantendrán los incentivos al crudo y modificarán un decreto que afectaba el control provincial del negocio petrolero. Lo dijo el ministro Juan José Aranguren.
Fue tan preciso como lo que el momento demanda: es decir, poco. El ex-Shell Juan José Aranguren, flamante ministro de Energía de la Nación, se presentó ayer en sociedad en un multitudinario almuerzo por el Día del Petróleo y adelantó los lineamientos de la política de Mauricio Macri destinada al sector para, como dijo, «los próximos cuatro años». De lo que podría desprenderse que todo cuando haga será gradual. Sobre la exposición de Aranguren puede decirse que el gobierno nacional:
- Buscará mantener y ampliar el actual acuerdo marco con el sector petrolero para «garantizar un precio del crudo» a nivel local «teniendo en cuenta el interés de los consumidores».
- Promoverá que dicho acuerdo sea una «duración limitada» y se mantenga hasta tanto «los precios internacionales se recuperen y alcancen a los locales».
- Propondrá que a partir de entonces, las empresas productoras y refinadoras negocien los precios libremente.
- Derogará el decreto 1277 de 2012, de modo de reconocer a las provincias «como única autoridad de aplicación y concesión de explotación» de sus recursos hidrocarburíferos.
- Mantendrá la composición accionaria mayoritaria de YPF y buscará «afianzar el rol de liderazgo en el mercado local» de la petrolera estatal «con un manejo profesional y transparente»
- Pondrá en marcha «un proceso de modificación gradual de los subsidios a las tarifas de los servicios eléctricos y de gas natural», aunque mantendrá , según aclaró luego Aranguren, una tarifa subsidiada «para los sectores más vulnerables».
El Día del Petróleo y del Gas, aniversario del descubrimiento del primer yacimiento de hidrocarburos en Comodoro Rivadavia, Chubut, en 1907, reunió a los principales directivos de la industria en el salón central del Sheraton Hotel del Retiro. Participaron el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, el presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio, y el titular del organizador Instituto Argentino de Petróleo y Gas, Ernesto López Anadón.
Aranguren fue el centro de la atención. Este hombre representa -acaso junto al colectivo de los ocho exministros del sector de período democrático- la némesis de la política energética que encarnó Julio de Vido-Axel Kicillof en la última década. Histórico conductor de la filial local de la Shell, Aranguren fue uno de los enemigos cuidadosamente escogidos por el kirchnerismo.
Qué piensa Aranguren sobre el sector es conocido de sobra. La pregunta es cuánto puede (o podrá) hacer. El margen de maniobra, como se ha visto en estas primeras horas de gobierno de Macri, es escaso. La impresión que dejó ayer en las mesas del Sheraton es que hasta tanto el gobierno no defina un paquete de medidas financieras para reforzar las reservas, alcanzar un tipo de cambio de equilibrio y liberar cepo, no abundarán las precisiones.
- El ministro anunció que se hará una modificación gradual del esquema de subsidios y que habrá tarifa social para familias vulnerables.
Más allá de la asistencia de ayer, el auditorio interesado en el discurso de Aranguren podría dividirse arbitrariamente en tres: el sector energético, por razones obvias; los millones de beneficiarios de tarifas subsidiadas y los gobernadores de las provincias hidrocarburíferas. A los primeros les prometió precios libres, pero no les dio precisiones. A los segundos les anunció lo que ya sabían: que tendrán aumentos, aunque discriminados. Y a los últimos, una asociación de beneficios mutuos.
El ministro saludó la presencia del gobernador de Neuquén, («la provincia energética más rica del país») y planteó la iniciativa de transformar el potencial energético del país en un «desafío federal». Destinada a esos mismos oídos estuvo la reafirmación de los derechos de las provincias sobre los recursos del subsuelo -como establece la Constitución- y la propuesta de modificar los decretos que recortaban facultades en favor de la Nación, un diseño surgido de la etapa de buena sintonía del tándem Axel Kicillof-Miguel Galuccio. «No propondremos coparticipar la regalías hidrocarburíferas», dijo Aranguren en lo que habrá sido el pasaje más celebrado en las provincias petroleras.
Más allá de la inspiración de Juan José Aranguren, o de la propia filosofía económica de este gobierno, tal vez aquí esté una de las claves de la política energética de Macri. Un acuerdo con las provincias productoras podría retribuido con masa crítica en el Congreso, donde el macrismo necesita imperiosamente llegar a consensos para imponer sus reformas. Igual podría decirse de la baja de las retenciones que benefician a las economías regionales -uno de los anuncios del verdadero maratón de ayer- y del ambicioso plan de infraestructura anunciado para las provincias del norte del país. El arte del consenso era esto.
Por Walter Curia wcuria@rionegro.com.ar