VIEDMA | Los cuerpos de los ancianos asesinados en esta capital estaban maniatados. Paulina Valenzuela, de 78 años, estaba en la habitación y su marido, Félix Ochoa Zuco, de 86, en la cocina. Los investigadores creen que la sangre encontrada allí podría derivar no de una lesión causada por el o los asesinos sino de la propia desesperación del abuelo para tratar de liberarse.
No fueron apuñalados ni baleados, ni habría sido forzado el ingreso a la casa, señalaron fuentes de la pesquisa, sumando desconcierto ante el dramático hecho. Ante la fragilidad física de ambos, estiman que pudo ser letal el solo hecho de haber estado un extenso tiempo inmovilizados, atados de pies y manos. «El personal interviniente trabajó hasta altas horas de la madrugada sin lograr dar con las causales de los decesos», informaron ayer en un comunicado policial.
El móvil del robo sigue siendo la principal hipótesis, sin que sean descartadas otras. En la madrugada de ayer fueron practicadas las autopsias que orientarán la pesquisa con datos importantes como las causas de las muertes y la hora aproximada en que ocurrieron.
Esos resultados, de los que nada había trascendido hasta el cierre de esta edición, permitirán determinar cuándo ocurrió el ataque, teniendo en cuenta el trascendido de las primeras horas que indicaba que habrían pasado dos días antes de que fueran encontrados sin vida los desafortunados ancianos.
En un marco de dolor, impotencia y preocupación, familiares y amigos despidieron ayer los restos de Félix y Paulina.
El juez penal Favio Igoldi, el fiscal Carlos Mussi y el personal policial permanecieron en la vivienda de calle Guido 756, entre Alem y Zatti, hasta pasadas las cinco de la mañana de ayer, supervisando la recolección de todos los datos posibles del escenario del crimen, que fue descubierto el miércoles por la tarde.
Desde la fiscalía se informó que se trabaja junto al Gabinete de Criminalística, la Comisaría Primera y con personal especializado afectado por esa unidad policial. En cuanto al hecho, se señaló en un comunicado de prensa que los homicidios habrían sido cometidos en el marco de un delito que «está por determinarse». Mussi agregó que «se trabaja en diferentes hipótesis sobre el móvil del hecho sin descartar ninguna línea de investigación» y que en la Comisaría Primera se están recabando «los testimonios de vecinos y allegados al entorno de las víctimas». Entre otras medidas, se pudo ver que efectivos de Criminalística buscaron huellas tanto en el portón del garage como en la puerta de ingreso de la casa.
Desde la Jefatura de la Policía, en tanto, informaron que el hecho se conoció alrededor de las 19:20 del miércoles por un llamado al 911. Los efectivos «tras entrevistarse con familiares de los propietarios ingresaron al domicilio, hallando un hombre, en el sector cocina, sin vida». Con el avance de la inspección, poco después dieron con el cuerpo de la mujer.
La céntrica vivienda que el matrimonio ocupó prácticamente toda la vida permanecía ayer con custodia policial. Como evidencia del temor a los robos que tenían los abuelos quedaron las rejas y mallas metálicas que habían hecho colocar en el frente de la casa y en todas las aberturas que resultaban visibles desde la calle.