Aunque se dijo que no se llevaría a cabo por el luto tras la tragedia en Rosario, miles respondieron a la convocatoria. La Casa de Gobierno mostraba un panorama de soledad por la ausencia de la mayoría de los funcionarios de primer nivel. En el caso de Neuquén, la movilización no tuvo la concurrencia de otras oportunidades.
Un grupo de manifestantes concentró anoche frente a la Residencia de Olivos como parte de una protesta contra el Gobierno nacional. Con banderas argentinas y pancartas, los participantes de la marcha entonaron el himno frente a la entrada de la avenida Maipú de la residencia presidencial, en sintonía con el reclamo que comenzaba a realizarse en otros puntos del país.
Pequeños grupos de personas se reunieron también anoche en el Obelisco porteño para protestar contra el gobierno nacional. Portando una larga bandera celeste y blanca, los manifestantes no se concentraron en la tradicional esquina de Santa Fe y Callao, en esta ciudad, sino que directamente marcharon hacia la avenida 9 de Julio. Otros recorrían también el trayecto entre el Obelisco y la Plaza de Mayo, por Diagonal Norte.
Frente a la sede del Palacio Municipal de la ciudad de La Plata muchos se sumaron con reclamos contra el Gobierno tras la inundación que afectó la zona en abril pasado. «Los muertos de la inundación siguen escondidos» e «Inundados, indignados por la falta de justicia», decían algunas de las pancartas de los ciudadanos que se concentraron en la calle 12, entre 51 y 53, con banderas celestes y blancas.
A su vez, en Córdoba capital personas autoconvocadas por las redes sociales encabezaron la protesta en el Patio Olmos de esa ciudad capital.
En el caso de Neuquén, se registró una menguada concurrencia, comparada con los dos cacerolazos anteriores. Un grupo poco compacto de gente se paseó por la avenida Argentina en medio del intenso frío de la tarde. Entre los concurrentes hubo pocas caras conocidas y más cabezas grises que jóvenes. Algunos de los presentes hacían sonar cacerolas, otros batían palmas y hasta hubo un manifestante con un bombo.
Mientras se desarrollaba el cacerolazo en distintos puntos del país, incluida la Plaza de Mayo, la Casa de Gobierno mostraba un panorama de soledad por la ausencia de la mayoría de los funcionarios de primer nivel. Para el momento en que la gente se concentraba frente a la Rosada, sólo se encontraban en sus despachos el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
La presidenta Cristina Fernández permaneció durante toda la jornada en Olivos y, aunque por la mañana se informó que había recibido a Abal Medina y al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, por la tarde no se registró ninguna actividad.
En rigor, la jefa del Estado no concurrió a su despacho oficial durante toda esta semana ya que el domingo viajó a Nueva York para participar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, retornó antes de ayer por la mañana y al mediodía se trasladó a Rosario con motivo del siniestro ocurrido en esa ciudad el martes.
Por su parte, los secretarios general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y de Legal y Técnica, Carlos Zannini, se retiraron muy temprano del edificio.