Cuando terminó la primera etapa del líder al cuarto y último, que era Mauro Debasa, había 55 segundos. Para muchos sería una diferencia indescontable, pero con un segundo parcial tremendo por delante, la hazaña era posible. Los que pensaron que se podía no se equivocaron porque el veloz piloto de Catriel volvió al Argentino con una tremenda victoria en la Vuelta de la Manzana en la Clase 9.
Mauro conocía como pocos los caminos de la segunda etapa y también estaba convencido que intentar ganar no era una misión imposible, más que nada después que su equipo reparó el auto sin penalizar.
Desde el primero de los tramos del domingo Debasa impuso un ritmo tremendo. Les sacó diferencia superiores al medio minuto a sus rivales y llegó a la punta antes de encarar la parte final de la prueba.
Lo que no se imaginaba Debasa era que en Cervantes se le rompería otra vez la caja de cambios, por lo que ya no todo dependía de su manejo y lo bien que lo navega Ángel Rivero.
El auto se bancó la paliza y Debasa se comió por cuarta vez la Manzana, aunque con los dientes apretados por el citado problema.
El final fue épico, porque Debasa terminó superando al líder del certamen Raúl Racca por apenas 7s 4/10, cuando con el ritmo que traía era para ganar con mayor comodidad.
No quedó mucho más lejos el reaparecido Alejandro Pozzebón, quien en la Manzana cumplió el sueño de ser navegado por su hijo Mauro, con el que quedaron a 18s 3/10 del ganador.
La tracción simple fue copada por los regionales, primero en cantidad de anotados y después en la victoria final, si bien Racca se convirtió en un rival exigente.
Una lástima que se quedaron en la primera etapa Daniel Medrano, quien ayer se reenganchó, y Vicente González, porque los dos también estaban para ´prenderse en la pelea por comerse la Manzana.