CATRIEL | El contrato laboral de las 12 barrenderas que trabajaban en el municipio local llegó a su fin. La no renovación de la relación laboral con las agentes generó polémica y desconcierto, puesto que desde la comuna se habían escuchado elogios hacia el programa por el que habían ingresado y por la tarea que realizaban a diario.
Sin embargo, las obreras habían presumido la situación, a raíz de trascendidos, por eso habían solicitado reuniones con el coordinador del programa, Javier Araujo, a quien le pidieron que les dijera cuál sería su destino, pero este en ningún momento habría manifestado disconformidad.
Más allá del cese por la terminación del contrato, lo que generó polémica fue que la finalización se produjo después de que las mujeres presentaran una serie de reclamos a la Legislatura municipal, tal como fue la disposición de un baño químico, porque sólo contaban para usar el sanitario de una estación de servicio.
Después de las notas, los legisladores intentaron mediar y por eso llamaron a Javier Araujo, quien negó ser el coordinador del programa, aunque en varios ámbitos se presentó como tal.
La negación a su cargo y las pruebas existentes –que lo confirman en el mismo– sumado a los reclamos dieron pie a que se instalaran serias aseveraciones en contra del desempeño del funcionario a cargo, y demás responsables del área de la que dependen las ahora exbarrenderas.
La representante de ATE, Nora González, acompañó a las empleadas a la Legislatura y en favor de ellas expresó que «se trata de un caso de violencia laboral en la que no se contemplan los derechos de las trabajadores, la mayoría de ellas mujeres jefas de hogar y con hijos con discapacidades, otras» y agregó que «hay que ser muy miserable, no tener cintura política y desconocer la realidad social para dejar a estas mujeres sin trabajo»
Ahora lo que solicitan es que se revea la situación y la continuidad en el programa, labor que realizan desde junio.
Fuente: Agencia Catriel – Diario Río Negro