ROCA | Fernando Arroca llevaba apenas ocho días detenido en la Comisaría Tercera por un robo con armas. Ayer a la madrugada se fugó luego de hacer «descarrilar» la reja de su celda para abrirla, saltar por una ventana y correr por un patio hasta salir a un baldío ubicado en la parte trasera de la comisaría más importante y céntrica de Roca. La fuga ocurrió a la 1:30 y una de las ocho cámaras de seguridad que vigilan la unidad policial captó el escape. Sin embargo, la ausencia del preso se detectó recién pasadas las 7:30, en el primer recuento de detenidos.
La Comisaría Tercera cuenta con cuatro calabozos «todos muy bonitos pero flojos de seguridad», dijo uno de los uniformados consultados por este diario. Arroca se encontraba en uno de ellos cuando hizo descarrilar la reja y luego escapó por una ventana hacia el patio interno. Desde allí se descolgó por un paredón que lo dejó en un baldío, sobre la calle Irigoyen, en el céntrico paseo del Canalito.
Lo más insólito del caso es que había dos efectivos –una mujer y un hombre– que tenían a su cargo la seguridad de los reclusos. A ambos se les inició un sumario administrativo y la causa penal que ya tramita en la justicia.
El comisario Oscar Torres confirmó la fuga y explicó que la misma recién se constató ayer a la mañana, cuando se hizo el recuento de los internos alojados en la unidad de 25 de Mayo y Sarmiento, en pleno centro de Roca.
En lo que va del año, aclaró, habían logrado evitar otras cuatro evasiones. Torres dijo que ya habían alertado tanto a las autoridades de la Regional Segunda como de la Justicia sobre la cantidad de internos derivados a la comisaría y los problemas que se generan por la falta de espacio.
Además de la reciente causa por robo Arroca tiene una condena de 6 años de prisión por un asalto «a punta de destornillador» ocurrido en enero del 2008 en esta ciudad. Su fuga se suma a la seguidilla de escapes que jaquearon al sistema penitenciario rionegrino. En ese contexto, la Comisaría Tercera es habitualmente utilizada para alojar a los internos que no tienen espacio en la ex Alcaidía de Roca, y pese a tener una capacidad máxima de 16 detenidos ha superado varias veces la veintena de presos. Esa situación, sumada a la deficiente calidad de su construcción, la han hecho vulnerable a numerosos intentos de fuga. El último fue el 10 de septiembre, cuando dos detenidos cortaron los barrotes que cierran por la parte superior los patios internos de la unidad y saltaron hacia la calle. Uno fue atrapado en el momento pero el otro logró correr 16 cuadras hasta que fue cercado por el operativo cerrojo.
Fuente: riomegro.com.ar