Pereyra rechazó formalmente una oferta del 20% de aumento. Desde el sindicato reconocieron que las empresas quieren imponer un régimen de productividad.
El titular del sindicato de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, rompió el hermetismo y confirmó el rechazo a la propuesta, de un 20% de incremento salarial, que acercaron las operadoras. Además anticipó que la conciliación obligatoria se extenderá por otros cinco días y pese a que la definición arrastra semanas, aseguró que se trató de un “avance”.
“Si escuchamos todo lo que está pasando, todos los incrementos salariales, todos los reclamos de los trabajadores, todo gira en un 40%. A las mismas fuerzas armadas les han otorgado un 40%. Los trabajadores no podemos estar alejado de todo esto”, dijo el senador neuquino en declaraciones a la prensa.
De acuerdo a sus dichos las operadoras ofrecieron una suba del 20% para los haberes y una suma fija para el mes de junio. Este paquete fue rechazado. Ahora volverán a reunirse el martes próximo por la tarde.
La negociación se encuentra empantanada desde hace tiempo. Pese a que las compañías petroleras mantienen los beneficios para los precios internos del gas y el petróleo, la actividad continúa paralizada y los despidos por goteo no se detienen. Las operadoras entienden que están dadas las condiciones para obtener una buena tajada en esta discusión.
Así lo reconoció el propio Pereyra en Rincón de los Sauces, al reunirse con los delegados de las organización. Les habría anticipado que las empresas buscan instaurar un régimen de productividad con el que pretenden reducir la jornada laboral.
Sobre este punto el petrolero ya se expidió positivamente tiempo atrás, aunque en aquella oportunidad advirtió que no aceptarán modificaciones salariales porque se trataría de un derecho ya adquirido por los operarios que acumulan antigüedad.
También se conoció que el petrolero, durante ese encuentro privado, pidió paciencia a los delegados que buscan lanzar medidas de fuerza ante una negociación que no se resuelve. Pereyra quiere cumplir con los pasos que le impone la conciliación obligatoria, estirada por una semana más, para luego si pensar en una protesta.
Incluso sabe que cumplir con un paro podría alejarlo en su relación con el presidente Mauricio Macri, con quien la CGT comienza a tomar distancia. La actual conciliación llegó luego de que Pereyra y el sindicato de Petroleros Jerárquicos, de Manuel Arévalo, anunciaran protestas. Tras la intervención del ministerio de Trabajo, los sindicalistas se echaron marcha atrás con las amenazas y congelaron las protestas.
Los trabajadores piden un incremento del 40% para los salarios del sector. La conciliación obligatoria continuará una semana más. No descartan medidas.