CATRIEL | Esa frase es la que reza parte de una carta de lectores publicada en la web del diario Río Negro firmada por Miguel Saiz, refiriéndose al intendente de Catriel, Carlos Johnston por el tema del contrato con Petrobras. En seguir leyendo la carta, «Un clásico del gobierno: ‘Yo no fui'»
El pasado 17 del corriente, la Municipalidad de Catriel, con la firma de su intendente Carlos Johnston, publica en página 7 del diario «Río Negro» una solicitada titulada «Declaración de Catriel en la que se hace referencia al acuerdo entre la provincia y la empresa Petrobras».
Más allá de las consideraciones, la férrea defensa que hace del acuerdo y el pedido a legisladores y congresales del Frente gobernante que el propio intendente integra, dedica un párrafo a los legisladores radicales en el que les endilga las privatizaciones de YPF, Gas del Estado, Edersa y Banco Provincia, y es a ese tema al que me quiero referir.
Posiblemente el intendente haya tenido otro lapsus de pérdida de memoria o le quedó alguna secuela de su desaparición a inicios del 2012, por lo que creo conveniente recordarle que la ola de privatizaciones en este país y sus consecuencias fueron producto de las políticas implementadas en la década del 90 por el partido político que lo llevó a ocupar la intendencia municipal.
En 1992, Menem firmó el proyecto de ley de privatización que fue aprobado en el Congreso, y uno de los argumentos fue que parte del producto de esa venta se destinaría al pago de los jubilados.
El 26 de marzo de ese año el peronismo consumaba el que quizás sea el mayor fraude de la historia parlamentaria argentina: la aprobación de la privatización de la empresa Gas del Estado con un quórum falso, al que accedió con la presencia en las bancas de colaboradores de legisladores justicialistas, los famosos «diputruchos».
El 24 de septiembre de 1992 fue aprobado el proyecto de privatización de YPF. Esa noche la votación terminó con 120 diputados a favor de la privatización y 10 en contra, la mayoría de partidos provinciales. La UCR y otros bloques se retiraron del recinto.
Como consecuencia de esas políticas también sobrevinieron las privatizaciones en la mayoría de las provincias argentinas.
Habiéndole recordado estos hechos de nuestra historia reciente, me parece oportuno aconsejarle al intendente que deje de pensar en el bono fijo y su gestión y analice profundamente y con una verdadera perspectiva de futuro el contrato en cuestión, ya que lo han votado para defender los intereses de los actuales catrielenses, pero también la vida y el porvenir de las generaciones que vendrán.
Señor intendente, lo suyo no es manejar una unidad de negocios, usted forma parte de un frente gobernante que debe representar con eficiencia y dignidad a sus vecinos. Utilice los 180.000 pesos oficiales que gastó en la solicitada para acciones comunitarias y no para endilgar culpas anunciando el abismo, con lo que logrará que todos, y no sólo usted, no le tengan «miedo ni desconfianza al futuro».
Miguel Saiz, DNI 13.483.201
Roca