Río Negro designará maestros articuladores para los primeros años del secundario y otras normas de acreditación.
VIEDMA | Los índices de repitencia entre los alumnos del nivel secundario llegaron al 14,5% en 2013, 2,6 puntos más que el año anterior, a pesar de la adopción de numerosas medidas que flexibilizan las exigencias en las escuelas. Así, en los últimos años se elevó de dos a tres el número de materias previas, se implementó una escuela de verano para los alumnos que no acreditan los conocimientos a lo largo del año y se eliminaron las exigencias sobre el número de faltas.
Ahora se puso en marcha un plan articulador entre la educación primaria y secundaria común, con nuevo sistema de calificación para primer año, en otro intento por contrarrestar el fracaso escolar entre el pasaje de un nivel a otro.
La Resolución 2.390 del Consejo Provincial de Educación, postula orientaciones para el acompañamiento a las trayectorias escolares de los estudios del primer año, y acuerdos curriculares entre primaria y secundaria.
Dentro del programa de articulación entre la educación primaria y secundaria incluye la designación de maestros de fortalecimiento de la trayectoria escolar.
Se fijan además nuevas normas de acreditación, evaluación y promoción para los estudiantes de primer año.
Implementa en las escuelas primarias «alguna modalidad de ampliación de jornada, priorizando los séptimos grados con el fin de fortalecer el ingreso al nivel medio».
Determina que las calificaciones finales de cada asignatura de primer año de la educación secundaria obligatoria no será el resultado del promedio de las notas, según la periodización establecida (trimestre-cuatrimestre) sino el producto de un proceso de Evaluación Formativa según regulaciones del Anexo IV.
Este punto precisa que cada calificación inferior a siete, «desaprobado» o «no alcanzó» o «bajos logros» o su equivalente, de acuerdo al plan de estudio si fuera conceptual, «deberá acompañarse de un diseño de la enseñanza que le permita al estudiante completar sus tareas de estudio y seguir participando del proceso de aprendizaje».
Este tramo de la norma agrega que resulta «deseable» comenzar a implementar Informes Cualitativos, donde se consignarán logros y dificultades de cada estudiante, para el acompañamiento a su trayectoria así como de un Registro Cualitativo de Obstáculos y Facilitadores de la Enseñanza, a cargo de los docentes, para reorientar el proceso y construir saber en torno de él.
El 10 es el puntaje considerado «óptimo», nueve y ocho «muy bueno, siete «bueno», cuatro, cinco y seis «regular», y uno, dos y tres «desaprobado» o «no alcanzó» o «bajos logros».
Al cierre del primer corte temporal (trimestre/cuatrimestre), aquellos espacios curriculares que representen un alto porcentaje de los estudiantes con calificaciones inferiores a siete o desaprobados o «no alcanzó» o «logros bajos»; deberán «recibir seguimiento y asesoramiento pedagógico», afirma el apéndice IV.
Marco de referencia
En 2012 cursaron escuelas comunes y técnicas diurnas 46.508 estudiantes de los cuales 3.212 (el 7% de la matrícula total) abandonó sus estudios en algún momento de la carrera.
El 86,8% de los estudiantes que abandonaron el cursado lo hicieron durante el ciclo básico: 2.790. Representan 1.490 (46%) en primer año, 846 en segundo año (26%) y 454 en tercer año (14,4%).
En 2013 se matricularon 59.401 estudiantes en el nivel medio, de los cuales 8.584 lo hacían como repitentes, es decir cursaban por segunda o más veces el mismo año de estudio. Para las autoridades, esta variable indica un porcentaje de repitentes del 14,5%. Este valor representa un incremento del índice de repitencia del 2,6% sobre 2012.