Descubrieron a tiempo el plan de escape de presos del Penal 5.
CIPOLLETTI | Unos 25 internos del Establecimiento de Ejecución Penal 5 planificaban fugarse tomando como rehenes a celadores y huir con total tranquilidad ya que, con ayuda externa, habían rodeado la cárcel de miguelitos para no ser alcanzados durante el escape.
Los rumores de la gran evasión derivaron en una investigación que fue iniciada conjuntamente por el titular del Juzgado de Instrucción Nº 6 Gustavo Herrera y el director del penal Emilio Martínez. Es la tercera evasión que evitan en este mes. Del operativo que se desplegó ayer participaron 70 agentes, entre penitenciarios y efectivos de comisarías locales.
A primera hora de la mañana de ayer se iniciaron las requisas. Comenzaron en el pabellón B, para luego seguir por los sectores 18 y 21. En estos tres lugares se encontraron innumerables elementos punzo cortantes, que iban a ser utilizados para enfrentar a los agentes penitenciarios. Inclusive dentro de uno de los conductos cloacales del patio externo se encontró escondido un revólver calibre 32 con municiones. “Los datos que conseguimos nos indican que no sería el única arma que tenían en su poder y que también tenían guardada una pistola 9 milímetros que está siendo buscada en los baldíos lindantes al penal”, subrayó una fuente allegada a la investigación.
El plan
Luego de haber revisado el primer sector se dispuso que 10 internos fueran trasladados a la ex alcaidía de General Roca. “Presumimos que tuvieron intervención en el plan de fuga y que otros 15 presos estarían involucrados”, comentaron autoridades del penal cipoleño.
Se secuestraron cerca de 100 armas blancas fabricadas con hierros y herramientas. Entre las celdas se hallaron: facas, destornilladores, pedazos de fierros y palos de escoba, medias con piedras adentro, alambres, pinzas, sogas, una hoja de bisturí, guantes, lijas, cadenas, un martillo, caños y hasta un pullover similar al que usan los agentes penitenciarios.
Las averiguaciones que hicieron los efectivos permitieron establecer que el plan de fuga consistía en tomar como rehenes a un grupo de celadores y amenazarlos con sus armas de fuego y las que fabricaron, para poder huir por el ingreso principal. Se presume que una vez que estuviesen afuera iban a ser esperados por cómplices a bordo de diferentes vehículos. “Tenían la fuga asegurada por los miguelitos que dejaron en las calles que rodean el penal”, confirmó la fuente consultada. Habían armado las trampas con largos hierros filosos que podían atravesar todo el ancho de la calle.
Es la primera vez que las autoridades de la cárcel local logran impedir una fuga de tal magnitud. Esto responde, no solo, a la cantidad de presos que pensaban huir, sino a la planificación que desplegaron en su intento de fuga. “Es probable que esto lo haya ideado alguno de los internos más viejos y con condena alta”, manifestó uno de los responsables del Penal 5.
Los investigadores sospechan que el plan fue ideado por algunos reclusos más antiguos ya que en otros intentos de evasión no fueron tan planificados, sino que por el contrario, se caracterizaron por ser totalmente improvisados. “Hasta contaron con ayuda externa para que colocaran los miguelitos que les iban a permitir frustrar la persecución”, comentaron.
En total, fueron cinco los miguelitos que habían colocado en las calles laterales al penal. Por eso presumen que la fuga iba a concretarse esta misma semana, para evitar que fuesen descubiertos.
La seguridad, a prueba
A principios de este mes se logró evitar una fuga luego de que el personal penitenciario advirtiera que uno de los alambrados había sido cortado. Al otro día se hizo una requisa y dieron con los elementos que habían utilizado para violar uno de los cercos perimetrales.
Una semana después, durante una recorrida nocturna, los celadores descubrieron un boquete en el sector de enfermería. Inmediatamente se dispuso reforzar la seguridad externa y al otro día se revisó ese sector. Los agentes sospecharon que fueron tres los internos que habrían planificado el escape y apenas pudieron establecer quiénes eran, el director del Servicio Penitenciario, Hugo Cecchini, dispuso que fuesen trasladados.
El aumento de los intentos de fuga se dio poco después de que comenzaran a llegar peligrosos reclusos, trasladados desde otras cárceles.