Es el caso del hombre acribillado en su casa el 1 de mayo. El Juez dictó el procesamiento contra el presunto autor del hecho
CATRIEL | Los testigos presenciales del asesinato de Roque Marcelo Grosso, ocurrido el pasado 1 de mayo en Catriel, temen por sus vidas y la de sus familiares. Así lo dejaron asentado al momento de prestar declaración, uno de ellos como testigo de identidad reservada. Para el juez Santiago Márquez Gauna, quien dictó el procesamiento contra el presunto autor del hecho, Kevin Matías Ortiz, ese temor es indicador del riesgo procesal de entorpecimiento de la investigación, por eso también le impuso la prisión preventiva al sospechoso.
El juez consideró que ese riesgo es «de fácil acreditación en el caso», pues dos testigos evidenciaron «un real temor tanto por la integridad de sus personas como la de sus familias». A tal punto llega el miedo -a Ortiz y también a sus familiares- que ambos «dejaron asentado en sus declaraciones que si les pasa algo durante el transcurso de este proceso es por lo declarado en contra del encartado Ortiz», pues «saben que es una persona conocida en el ambiente delictivo y de malas juntas», recalcó Márquez Gauna en su resolución.
En el fallo se advierte que los testigos sintieron como «intimidatoria» la actitud del padre y de un hermano de Ortiz registrada el pasado 19 de mayo, cuando se hizo la reconstrucción del homicidio en el lugar del hecho y con la presencia de todos los testigos que estaban con la víctima en la trágica madrugada. En esa oportunidad ambos hombres estacionaron un auto justo frente a la casa de Grosso y desde el interior «continuamente observaban hacia el lugar del hecho». Cuando la policía se acercó e identificó, ambos fueron «invitados a retirarse», pero el padre de Ortiz regresó «minutos después», lo que afectó a los testigos que estaban participando de la diligencia, pues lo vivieron como una «intimidación», según surge del procesamiento.
A Ortiz se le atribuyó el delito de homicidio calificado por el uso de arma de fuego. El hombre, de 35 años, fue acribillado dentro de su propia casa, cuando se encontraba compartiendo el festejo de un cumpleaños con varios familiares y amigos. Según surge de la resolución del juez, esa noche, alrededor de las 3, «el acusado se acercó al domicilio personal de la víctima y (…) habría introducido su mano derecha por la ventana frontal de la vivienda, efectuando entre cinco y seis disparos con un arma de fuego calibre 9 milímetros, que impactaron en Grosso».