El cinismo del Gobierno provincial no tiene límites. De manera solapada e inconsulta, en pleno receso escolar y mientras los rionegrinos discutíamos indignados los altos sueldos y el nivel de gasto de los funcionarios provinciales, el Ministerio de Educación, a cuyo frente se encuentra un ex maestro y ex sindicalista, que algunos todavía reivindican como compañero, publica en extranet más de 100 resoluciones que cierran grados en escuelas y jardines de toda la provincia, y aplica, de manera inconsulta y unilateral, la resolución 138/13 en muchos colegios secundarios, es decir, una reforma que los docentes habíamos rechazado en principio para poder interiorizarnos y discutirla durante 2014.
- Las resoluciones de cierre, con fecha de los primeros días de enero, tienen efecto retroactivo, cerrando los cargos desde el 31 de diciembre de 2013. Muchos compañeros no saben hoy que hace poco más de diez días han sido despedidos. Cabe agregar que la catarata de resoluciones de ajuste ya había comenzado en los últimos días del mes de diciembre, afectando a escuelas y jardines de toda la provincia, y que nada impide que continúe durante el resto del mes de enero. La particularidad que tiene la docencia es que no tenemos derecho a indemnización por despido, de modo que estos cierres representan lisa y llanamente un ajuste despiadado que pagamos los trabajadores de la educación.
- Es verdad que también hay creaciones, pero estas son muchas menos que los cierres, y corren a partir de las asambleas de interinatos y suplencias de febrero. Aquellos compañeros que perdieron su cargo en diciembre y que puedan acceder a las creaciones verán afectados sus haberes de enero del siguiente año además del proporcional de aguinaldo de julio, y estarán sin trabajo durante la mitad del mes de febrero.
- El Gobierno aplica también una reforma en algunos colegios secundarios que en principio es inaplicable desde lo formal: fue promulgada en 2013 para un grupo acotado de colegios. Pero si esto no lo detiene, al menos debería hacerlo el hecho de que los trabajadores la rechazamos por razones incontestables: es una reforma que toma como fundamentación los principios de otra reforma que pretende derogar, no tiene estructura para el ciclo superior y continúa fragmentando el sistema educativo de la provincia, que hoy ya tiene escuelas sin reforma, escuelas con reforma según resolución 235/08 hasta 5to año, escuelas con reforma 235/08 hasta 3er año, escuelas con reforma 138/13…
- Y esto no cambia. Estas y otras observaciones fueron hechas durante las últimas jornadas institucionales en los colegios de la localidad, donde los/as docentes decidieron rechazar esta nueva transformación para poder analizarla y hacer aportes a la misma durante 2014. Pero como otras veces, el gobierno hizo oídos sordos y avanzó.
- Podemos pensar que el gobierno actúa con un nivel de improvisación alarmante en las cuestiones pedagógicas, pero no es así. Tiene objetivos muy distintos de los nuestros, y muy claros: necesita aplicar un ajuste feroz para responder a las grandes corporaciones financieras. En este proceso deja en el camino la educación y la salud públicas y a los trabajadores estatales, pero no toca ni a las empresas mineras, ni a las petroleras, ni a los bancos.
- Este Gobierno se ha posicionado claramente de cara a un año difícil: los/as trabajadores/as seremos (ya somos) la variable de ajuste. Pero que les quede claro al gobernador Weretilneck y al ministro Mango: UnTER Cipolletti ya no es una oficina del Ministerio de Educación; ya no defiende sus políticas ni deja sin defensa posible a los/as docentes. Desde ya ponemos a disposición de los/as compañeros/as las herramientas del sindicato para resistir el ajuste y en los primeros días de febrero, cuando los/as trabajadores/as que están ausentes de la localidad se hayan reintegrado a sus labores, estaremos convocando a una asamblea para decidir entre todos/as las acciones a seguir. Ni despidos, ni reforma inconsulta: organización, movilización y lucha, por el derecho a enseñar y a aprender, por salarios dignos y estabilidad laboral.
UNTER CIPOLLETTI