El río Colorado resulta riesgoso para los bañistas. No hay balnearios y las dos piletas son privadas.
CATRIEL | Ya arrancó el verano y la temporada de vacaciones. De acá, hasta febrero, muchos planifican dónde vacacionar, o cómo y dónde pasarán los días de calor. Claro que no todos podrán emigrar a otros lugares, entonces, qué hacer en una ciudad que no ofrece alternativas turísticas y tampoco cuenta con un balneario o una pileta popular, para guarecerse de los rayos de sol, como pasa en Catriel.
Durante años, la costa del Río Colorado y los canales que se ramifican desde él han sido una de las opciones, pero los antecedentes y el estado de los sitios que alguna vez fueron lugar de encuentro de familias, se cobraron vidas o quedaron como depositarios de basura; lo que descarta por completo cualquier acercamiento.
Así el caso del canal que bordea los barrios 4 Esquinas y Santa Cruz, conocido como «El Pozón», donde otrora llegaba gente a compartir el tradicional asado, entre un ir y venir de chapuzones que ofrecía el estrecho conducto, de no más de dos metros de ancho y un escaso metro de profundidad.
«Nos vamos a bañar al río» frase típica de muchos catrielenses refiriéndose al brazo mayor del Colorado que bordea la zona conocida como «el aeropuerto».
Allí el terreno permite la formación de «una playita» antes de adentrarse al agua, que corre mansa a los ojos, escondiendo un interior bravo, turbio, turbulento y arremolinado, donde se instaló la fatalidad a raíz de las personas que no pudieron salir con vida, lo que lo convirtió en otro espacio que quedó en la memoria colectiva de un pasado nostálgico y un presente desolado, contenido por las toneladas de basura que formaron una muralla de contención.
¿Y por qué comenzar desde lo negativo o recordando lo que alguna vez hubo y ya no? Será que las ausencias pesan más o invitan a repensar estrategias para revertir la situación.
Por lo pronto, el canal de riego situado desde el acceso Sur y que se extiende hasta la zona del parque industrial es una de las elecciones favoritas, si de refrescarse se trata.
También está la zona de «La Alameda», también brazo del Río Colorado que va desde las cinco compuertas hasta un lugar conocido como «el salto». Allí el agua corre por 5.000 metros bordeando el Lote 6 y si bien el lugar «no es apto para bañarse, ni para pescar, ni para navegar, hay quienes -con precaución- lo hacen» dijo Marcos Molina, interventor de Bomberos Voluntarios y director de Protección Civil de la municipalidad.
Según él, es imperceptible la franja que separa dónde el río se presenta apto y dónde comienza el peligro, «algo que la gente ya sabe y se ve porque tenemos tres años sin ahogados» dijo.
«No es apto ni para bañarse, ni para pesar ni para navegar por la mugre que arrastra el río, por las turbulencias y por la correntada. Ahí hay 1,80 metros de profundidad, pero los remolinos y las ramas de los árboles han formado cuevas debajo del agua de 2 ó 3 metros» señaló Molina, quien dijo que por el conocimiento que hay respecto del lugar han pensado en poner cartelería de «prohibido bañarse» pero por tratarse de línea de ribera, es de acceso público, por lo que sólo se podría poner carteles de precaución» expresó el funcionario.
Hasta acá los «balnearios naturales, para la popular». Aunque también están el camping de Petroleros Privados para este sector y la pileta del complejo recreativo Cotecal, para los asociados de la cooperativa telefónica y de otros servicios de Catriel limitada, a la que también se puede acceder abonando el ingreso diario y además es utilizada por la «Colonia de Vacaciones», que cada año lleva adelante la municipalidad.